Europa: la mirada de Cristina Cerrada sobre la migración y el desplazamiento

La historia de la novela breve Europa, de Cristina Cerrada (Madrid, 1970), es contada a través de los ojos de Heda, una joven universitaria que pertenece a una familia europea desplazada por un conflicto bélico. Heda huye rápida e inesperadamente con sus padres y su hermano en medio de la noche: la guerra avanzó y tocó la puerta de su casa. Salen a trompicones, con Pamuk, el hermano, escondido en el suelo del coche hasta la estación, lugar donde comenzará el recorrido que los llevará a atravesar en dos días tres fronteras, tres países.

Europa narra las terribles consecuencias de los enfrentamientos armados y la dureza del desplazamiento. La apurada emigración implica abandono y precipitación, dejar atrás aquellas cosas que construyen la idea de hogar, de pertenencia y la identidad. Se podría ir más allá y pensar en la idea de despojo: a Heda y su familia se les arrebata la vida construida y se les impone una salida. Ellos deben recomenzar sus vidas en un sitio extraño, ajeno y en unas terribles condiciones. Deben levantarse y juntar fuerzas para continuar, para seguir viviendo. Así nos adentramos en el trauma de la guerra, de la violencia, de la migración forzada que lleva a esa sensación de estar fuera de lugar, de no pertenencia y de añoranza por el lugar abandonado (del cual, además, se tiene la sospecha de que no es el mismo que se dejó). En este relato no sabemos los nombres de los países ni de la guerra, porque el foco está en la herida que se produce, en la vivencia íntima y colectiva de esa circunstancia; en el fondo la novela hace un cuestionamiento al tratamiento del tema del desplazamiento, de los desplazados en Europa.

En Europa, el lector se adentra en el relato desde la perspectiva de Heda, un conmovedor personaje, víctima de distintos tipos de violencia, que muestra fortaleza y, al mismo tiempo, vulnerabilidad. Heda es el personaje más lúcido de la novela, sensible y atenta al mundo, reflexiona, recuerda y narra. Ella es capaz de ver y percibir lo que otros personajes no. Marcada por el pasado reciente, el presente, seguir viviendo, ese nuevo día a día se convirtió en un fardo pesado, difícil de cargar. “En sus sueños, como en la peor de las certezas, es a veces empujada por el terror”. La lucidez de Heda llega incluso cuando duerme, en sus pesadillas revive escenas terribles, padece uno de sus grandes miedos y se convierte en aquello que rechaza desde lo más profundo de sí: sueña que es un soldado uno que “arrastra un uniforme sucio, del color verde de la naturaleza”. Dormida vive un loop de la huida, de lo que se desquebraja tras de sí y deja de ser lo que era antes; “pero aún así, está todavía viva, terriblemente, con una certeza brutal que no es verde, ni lo fue nunca, que no tiene nada de natural”.

“En sus sueños, como en la peor de las certezas, es a veces empujada por el terror”

La narración de Europa está construida sobre la brevedad, el fragmento, y los saltos temporales. Heda cuenta momentos y anécdotas, describe personajes o recrea situaciones particulares, visitando el pasado y regresando al presente. Así, la narradora le irá dando al lector partes de un rompecabezas que deberá armar y para el que necesitará estar atento a las sutilezas de la escritura de Cerrada que rehúye de la frontalidad y la obviedad para entrar en el terreno de la metáfora, los silencios, lo sugerido y lo dicho entre líneas. Un sutil tratamiento para un tema sensible.

 

Diajanida Hernández (@diajanida) es profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV), editora y periodista cultural. Cursó la licenciatura en Letras y la maestría en Estudios Literarios en la UCV. Ha escrito para el diario El Nacional, el suplemento “Papel Literario”, el portal Prodavinci, y las revistas Quimera y Otra parte semanal.

 

 

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