La memoria del aire: agresión, feminidad y testimonio en la escritura de Caroline Lamarche
Ante las agresiones de la vida, una mujer duda. ¿Puede ser ella la causante de la violencia que los hombres ejercen en su contra? Sus inseguridades constituyen la carne del relato de La memoria del aire, una novela breve escrita por la autora belga Caroline Lamarche, traducida por Raquel Vicedo y editada por la recién nacida editorial Tránsito. El sello, dirigido por Sol Salama, apuesta por la lectura como transformación y ha comenzado su andadura bajo la premisa de publicar narrativa de ficción y no ficción, extranjera tanto como española, privilegiando los textos cuyo eje sea el recuerdo.
En La memoria del aire un sueño inspira la remembranza de la acción de un amante que sugiere la agresión de un hombre que desvela la tragedia de ser mujer en la estructura cultural y política que es el patriarcado de Occidente. Una cosa que lleva a otra que significa y revela el problema principal. Simbolizadas en dos agresiones, la de una pareja iracunda y la de un hombre furtivo, el libro es un relato autobiográfico de una centena de páginas en donde la narradora protagonista no solo cuenta los hechos, sino también ejemplifica la manera en que las mujeres terminan culpabilizándose de la brutalidad ejercida en su contra.
El libro se divide en dos partes. La primera comienza con el sueño de una mujer amortajada, una especie de coqueteo con la muerte que anuncia el inicio de un enorme flashback. Ese es el relato de una traumática relación de pareja. La segunda parte define porqué era traumática esa relación. A través de escenas esquemáticas de poca profundización en los acontecimientos narrados, dejando la descripción en lo más esencial, Lamarche aborda el drama del maltrato contra la mujer. Puesto que la nouvelle está narrada en primera persona por su protagonista, uno de sus valores es la exploración de la supuesta culpabilidad de la víctima. La protagonista se pregunta si ella pudo haber hecho algo para causar o merecer las agresiones. Incluso su pareja, a quien identifica con la unión de dos preposiciones, como “Deantes”, llega a culpabilizarla de la violencia que él ejecuta. “Tú sí que me das miedo, eres una terrorista, tu violencia es aún más fuerte porque te esfuerzas en disimularla y la despiertas en los demás”, le dice.
Deantes, el personaje masculino que establece la contracara de la narradora protagonista y que desde el nombre adjudicado signa el tiempo pretérito ya acabado de la juventud, signa también la naturalización de la violencia en la sociedad y las estrategias culturales por medio de las cuales normaliza esa situación, donde el hombre necesita cuidado y comprensión por parte de las mujeres. “Una pequeña madre. Yo también tenía que serlo, era evidente. No tan grande, por desgracia como nuestras respectivas madres, no tan valiente, organizada, amable y afectuosa como ellas. Nuestras madres. Que también leían, leían como nosotros, sin descanso. La mía, la Biblia. La suya, a Delly”, escribe la autora nacida en Liège y criada entre Francia y España. Hasta la fecha, Lamarche tiene seis libros publicados entro los cuales, además de novela tiene colecciones de cuentos y poemarios. Este es el primero traducido al castellano.
“Tú sí que me das miedo, eres una terrorista, tu violencia es aún más fuerte porque te esfuerzas en disimularla y la despiertas en los demás”
Sorprende al lector la frialdad con que la narradora se refiere a las agresiones. Se le ve sufrir, pero siempre con distancia. “Una no presenta una denuncia contra el hombre que ama”, es la oración con que comienza un párrafo dedicado a ponderar la utilidad de presentar un denuncia por maltrato doméstico contra su pareja: “E incluso si había dejado de amarlo, suponiendo que eso fuera posible, no lo habría hecho, no se presenta una denuncia contra un hombre frágil, desde siempre los seres excepcionalmente inteligentes y sensibles han sido violentos, es normal, el drama del niño superdotado, seguro que se ha escrito un libro al respecto”. Esta cerebral abnegación estoica de la mujer maltratada aparece como el resultado en la mujer, como sujeto individual, que tiene la violencia machista naturalizada en la sociedad hasta el punto de hacerse invisible dentro de las estructuras constitutivas del sistema.
Michelle Roche Rodríguez (@michiroche) es narradora, periodista y crítica literaria. Es autora del libro de relatos Gente decente (Premio Francisco Ayala, 2017) y del ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex, 2016). Su página web es http://www.michellerocherodriguez.com