Quiltras de Arelis Uribe: del perro sin raza al ser humano
La autora Arelis Uribe muestra en los ocho cuentos que componen el libro Quiltras las vivencias de siete mujeres de clase media-baja en Santiago de Chile. La publicación toma su nombre del relato final, en donde se explica que las mujeres menos favorecidas de la sociedad son “quiltras”, palabra que según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se usa en Chile y Bolivia para designar a los perros, en especial aquellos que no tienen raza. Una idea similar aparece en el relato “Bestias”, en donde se describe a un perro sin raza a través de este símil: “[…] son paisajes, igual que los vagos o las palomas, que nadie mira cuando duermen en la calle y nadie echa de menos cuando los autos las aplastan”.
Las narradoras de todos los cuentos hablan en primera persona. El tono es realista y directo, las protagonistas no describen un mundo protegido, relatan desde sus recuerdos. De ahí que, el tiempo verbal en pasado aparece siempre y algunas veces termina en el presente de manera impactante. Por ejemplo, el ya citado cuento “Quiltras” comienza con el recuerdo de la protagonista y describe en este tono franco al colegio al que iba en el barrio La Cisterna: “Me acuerdo del comedor lleno de caca de paloma. Me acuerdo de las manchas, eran como la mezcla de blanco y gris en la paleta de un pintor, pero secas y poniéndose verde oscuro, fosilizándose en el techo, en el suelo, en las ventanas […]”. Más adelante retoma el problema de higiene cuando apela a su mejor amiga de estos tiempos: “tú estudiabas acá, con las palomas haciéndose caca en el comedor y en el gimnasio y en las salas y en el baño y en las mesas y en nosotros”. Esta oración da pie a una reflexión: ¿quién caga encima de los estudiantes? ¿Son realmente las palomas, o bien, las instituciones y la gente que cierran los ojos ante el problema de una clase desfavorecida? Y en el universo animal de Uribe, las palomas y los perros son igual de callejeros, todos “quiltras”, como ciertas mujeres, aunque hasta las palomas se encuentran por encima de ellas al defecarles encima. No obstante, hay una vía de escape de este aparente callejón sin salida. Varios cuentos muestran la educación como un camino hacia un futuro mejor y el esfuerzo inmenso que hacen algunas protagonistas para poder lograr este objetivo.
Abusos y patriarcado.
Entre los temas que toca Uribe se encuentran la homosexualidad, el abuso sexual, la pedofilia, la educación institucional y el estrato social. Al referirse a estos temas a través de las mujeres, se relata desde un punto de vista femenino, aunque no niega los mismos problemas de violencia e incomprensión en el universo masculino —como puede ser la aceptación de la homosexualidad—. El reflejo de un sistema patriarcal cultural se evidencia, por ejemplo, en las adolescentes que se quedan embarazadas e interrumpen los estudios básicos. Una muestra de esto es cuando la protagonista de un cuento describe la vida de su hermana embarazada a los catorce años: los juegos infantiles se hacen realidad al tener que ocuparse de un bebé en vez de ir al colegio o encontrarse con las amigas. A la mujer se le educa para ser madre y ama de casa a través de su educación reflejada en las actividades infantiles. Pero la perspectiva sobre el género masculino también resulta una cárcel: nadie le pregunta si desea comenzar la universidad una vez acabados los estudios básicos; como hombre, tiene la obligación de trabajar y mantener a la familia.
Quiltras, con apenas 102 páginas, hace descubrir al lector parte de la vida cotidiana en Santiago de Chile. Es una compilación de cuentos densa por mostrar la situación vital desfavorable de las protagonistas, cercana por su lenguaje coloquial sin circunloquios y socialmente crítica por sus temas elegidos.
Pamela Feracin (@pamela_feracin) es graduada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Además, tiene un posgrado en Corrección en Español por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y un máster en Investigación en Lengua y Literatura por la Universidad de Valencia (UV).