Mia Couto: Mozambique descubierto
Al recorrer la obra de Mia Couto (1955, Beira, Mozambique) es evidente que el autor ha hecho un esfuerzo excepcional para entender los detalles ocultos de su país. África, en su narrativa y poesía, es descubierta con cada palabra. Lo interesante es que, al ser biólogo de profesión, Couto no pretender hacer un estudio científico de los pequeños pueblos y rincones llenos de voces y hechizos que viven y mueren en Mozambique, sino que ha logrado juntar de manera original la necesidad histórica de mirar hacia atrás con la poesía más auténtica.
Se ha llegado a clasificar a Mia Couto como un escritor del realismo mágico. Si bien es cierto que sus cuentos y novelas funden las crueles realidades de la historia con las intimidades mitológicas de su pueblo, el autor duda de la clasificación. Mia Couto ha dicho que en África “no es que se viva puro realismo mágico, es que es realismo real”.
Couto: en África “no es que se viva puro realismo mágico, es que es realismo real”
Como en un sueño, sus personajes parecen confundirse entre los planos de la realidad y la fantasía. Entran y salen de la realidad cuando quieren o cuando son obligados a dejarla por los enemigos. Entonces comienza a fluir un discurso impactante, donde las mujeres fingen parir espinas de pescado o los abuelos de la familia se van a vivir para siempre en las oscuras profundidades de las minas de diamantes. Allí no hay realismo mágico. Es la realidad descarnada lo que Couto describe en su narrativa. La mujer que finge parir espinas de pescado lo hará para salvarse de un arresto, y su farsa hará que los soldados corran horrorizados ante la imagen real que creyeron ver. El abuelo que huye a las minas, lo hace con la intención de hundirse en la tierra para buscar una metafórica salida a la situación devastadora de su existencia. Así, ese realismo real del que habla el autor adquiere formas universales.
Narrativa.
Mujeres de Ceniza (2015) es la primera novela de la trilogía Las Arenas del Emperador. En ella se cuenta la historia de Imani, una joven de la etnia Vachopi, que a través de su historia de amor con Gerardo de Melo, un soldado portugués, logra recrear los detalles más crueles de la colonización de Mozambique.
Y es en Imani donde Couto logra ejemplificar magistralmente su literatura como un realismo real. Imani, con toda la fuerza poética de su lenguaje, se muestra vulnerable y única: “No nací para ser persona. Soy una raza, soy una tribu, soy un sexo, soy todo lo que me impide ser yo misma. Soy negra, soy Vachopi, una pequeña tribu del litoral de Mozambique. Mi gente tuvo la osadía de oponerse a la invasión de los vanguni, esos guerreros que vinieron del sur y se instalaron como si fueran dueños del universo. En Nkokolani se dice que el mundo es tan grande que no tiene dueño”.
Mia Couto está en total control de su juego. Imani es un personaje que fue creado para darle vida a profundas miserias históricas, no como un simple mecanismo literario. Imani representará la concepción del ser africano, el dolor de la raza negra que ha sufrido, en su contexto, el golpe de la colonización y la conquista por otras tribus; el drama inmemorial de la condición de la mujer, esta vez africana; la especificidad de la débil tribu a la que pertenece y los mitos que aguardan en cada esquina y la acechan constantemente con sus desquicios irreales.
El autor no toma los mitos como simples eventos fantásticos o muestras de folklore. Son mitos profundamente arraigados en la mente de los personajes africanos: viven en la realidad real de su mundo y forman parte de cada uno de sus pensamientos y pasos. Del otro lado, los portugueses que pueblan la novela están ciegos y no escuchan, porque su mente europea no puede comprender las sutilezas ancestrales de las tribus negras que intentan conquistar. Su realidad real es inmune a los encantamientos africanos.
Para lograr esta potencia narrativa, Mia Couto recurre al lenguaje. A los personajes los nutre de metáforas salidas de sus propias leyendas, sean negros o blancos, portugueses o africanos. A cada uno le da un lugar excepcional en la estructura de sus novelas y cuentos. Sus personajes hablarán como si su lenguaje fuese nuevo y único, creado exclusivamente para ellos. Es en la intensidad del lenguaje y en el ojo concentrado de la historia donde Mia Couto profundiza su realidad y la disecciona con el afán de comprenderla, pero también con la intención de sorprenderse con cada palabra sobre los rincones insólitos de las calurosas tierras africanas.
Jan Queretz (@janqueretz) es escritor y poeta venezolano. Lleva la columna “Literatura viva” en The Wynwood Times: https://www.thewynwoodtimes.com/literatura-viva/ Su página web es: www.janqueretz.com
La imagen que acompaña a este artículo es una fotografía de Pedro Soares.